Autoras: Daniela Petkovich, Ana Laura Cao y Ángeles Loredo
Colaboradora: Estefanía Fernandez
Los beneficios de observar aves
La ciencia lo confirma: ver y oír aves es excelente para establecer una buena conexión con la naturaleza, fomentar la educación ambiental y contribuir a la conservación de las diferentes especies.
Además de ser una actividad estimulante que otorga paz y claridad mental, el avistaje de aves por parte de aficionados es una gran contribución para los científicos.
Si todavía te quedaba alguna duda, ¡Te invitamos a conocer como un pasatiempo tan relajante puede ser de ayuda para la preservación de los ecosistemas!
Mejora la salud humana
Estar en la naturaleza implica beneficios para las personas. Estudios realizados en la Universidad de Exeter en Inglaterra, demostraron que quienes viven en vecindarios con mayor cantidad de árboles y de aves, son menos propensos a tener depresión, estrés o ansiedad.
Otras investigaciones realizadas por el Journal of Environmental Psychology descubrieron que escuchar cantar a los pájaros contribuye a restaurar la atención y recuperarse del estrés.
También la memoria puede beneficiarse con esta actividad: observar aves ayuda a mantener el cerebro trabajando, ya que parte del avistaje consiste en identificarlas, recordar colores, sonidos y comportamientos.
Gracias a la conexión con la naturaleza, observar aves permite formar vínculos con otras personas en base al amor por los animales y el ambiente. En este sentido, es bien conocido que las relaciones sociales y amistades son claves para disfrutar de una larga vida y ser saludables.
Contribuye con la educación ambiental
Algunos autores afirman que el avistaje de aves es una excelente estrategia para la educación ambiental de la población general. Cuando las personas se relacionan con la naturaleza a través de actividades que disfrutan, comienzan a indagar en los ambientes y a ver las problemáticas específicas de la naturaleza.
Al conocer distintas especies, sus características particulares y notar que existe una mayor diversidad de aves en su hábitat natural, pueden comprender el impacto que actividades humanas, como la urbanización y la contaminación ambiental, generan en el ecosistema.
Las personas que disfrutan descubrir aves a través de su especial canto, su vuelo y rasgos, también incorporan el hábito de observar el entorno y hacerse preguntas sobre la naturaleza. Esta sensibilización constituye una puerta de entrada para conocer el ambiente y participar activamente en su conservación.
Además, las aves forman parte de nuestro patrimonio cultural. La mayoría de los niños y niñas de los diversos niveles escolares conocen historias, cuentos o expresiones artísticas como la música ligadas a algún ave en especial. Estos recursos funcionan a modo de puente educativo para introducir el tema, así como también explicar la flora y fauna autóctona del país.
Colabora con el conocimiento y la conservación de las aves
La información que surge del avistaje de aves por aficionados es muy útil para las investigaciones. En primer lugar, porque los datos recopilados sirven a modo de muestreo y aportan valor a la labor de los científicos.
En segundo lugar, se puede usar información de aves nativas de regiones o países lejanos, facilitando cuestiones de logística para los grupos de estudio. Existen registros de relevamientos históricos que permiten obtener datos de avistaje de aves de hace varios años para comprender mejor la evolución de la dinámica poblacional de una especie.
También, desde el punto de vista de la conservación, la información recopilada permite conocer la presencia o abundancia de especies que podrían estar en peligro de extinción o incluso ser plagas.
Todos los datos seleccionados por los observadores aficionados pueden enmarcarse dentro de lo que se denomina “ciencia ciudadana” y genera gran valor para los especialistas en conservación.
Grupo Mañic, Roots & Shoots, Pampa del Indio, Chaco.
Elio Ibañez, Coordinador de grupos Roots & Shoots en Pampa del Indio, Chaco, nos cuenta las actividades llevadas a cabo por el grupo Mañic, en observación de aves.
“El Parque Natural Pampa del Indio fue uno de los escenarios de las actividades programadas con motivo del “Día Mundial de la observación de aves” donde se registraron 67 especies de aves, el principal factor que incidió en el mismo fue el estado del tiempo que no acompañó mucho en el monitoreo y lo más importante fue el avistamiento de una pareja de Lechuza Bataraz Chaqueña, que es una especie de hábitos nocturnos.
El programa de actividades se inició como estaba previsto a las 07,10 de la mañana aprovechando el amanecer, considerando que este horario produce un gran desplazamiento de las aves que inician su salida para alimentarse, en un contexto nublado, frío y con lloviznas en algunos momentos intenso con recorrido por la zona de camping y senderos, haciendo un paréntesis a las 11,30 horas para el almuerzo de los participantes que fue ofrecido por la Municipalidad local.
A las 14,00 horas se reiniciaron las actividades, monitoreando ambientes acuáticos, zona de pajonal y borde del bosque espeso, culminando en horas del atardecer con la confección de planillas de registro de especies, resaltando los participantes en el avistamiento que la condiciones climáticas afectaron un poco poder contar con un grupo más nutrido de personas y que los registros se pudieran realizar en todos los ambientes del Parque con una mejor observación con una anotación de mayor cantidad de especies que habitan o están de paso por la reserva natural protegida.” Elio Ibañez
Churrinche:
Pyrocephalus rubinus
Tiene dimorfismo sexual, es decir que los machos y las hembras poseen diferente coloración en sus plumas. El macho tiene cara negra, copete y parte ventral rojos. El dorsal es negruzco, y las alas también con finos ribetes blanquecinos. La cola es negruzca. La hembra, en cambio, tiene el dorsal gris, la parte ventral blanquecina con estrías pardas, y las alas y la cola son grises. Se lo suele ver solo o en pareja según la época del año. Esta especie se distribuye desde América del Norte hasta el norte de la provincia de Río Negro, volviendo a nuestro país a partir de Septiembre en busca de días más cálidos. Prefieren habitar en montes de árboles nativos y estepas arbustivas. Se los puede ver cerca de pueblos y en sitios donde los insectos abundan. Se posa en ramas bajas de árboles o en arbustos, desde allí recolecta el alimento o caza al vuelo desde las ramas. Además de alimentarse de insectos, estos son parte del cortejo del macho a la hembra, ya que él le regala a ella un insecto para que lo elija.
Monjita blanca:
Xolmis irupero
Su plumaje es casi completamente blanco, excepto por las plumas de vuelo y la punta de la cola que son negras. Su distribución abarca gran parte de Sudamérica: Brasil, Uruguay, Paraguay, Bolivia y amplio territorio de Argentina, desde las provincias del norte hasta Río Negro. Habita zonas abiertas incluyendo pastizales y pastos con árboles dispersos; a menudo cerca del agua donde se posa, siendo fácil de ver. Suele alimentarse de insectos que atrapa al vuelo, pero también puede comer semillas y frutos. Una leyenda sobre esta especie cuenta que anteriormente era una mujer que luego se convirtió en ave para poder buscar a su amado que había desaparecido.
Carpintero campestre:
Colaptes campestris
Su cuerpo está fuertemente moteado y posee una cabeza con plumas oscuras que contrasta con sus mejillas y cuello amarillos. Los machos tienen una línea roja debajo de las mejillas, mientras que en las hembras es negruzca. Se distribuye en Surinam, en el centro y nordeste del Brasil, en el centro y este de Bolivia, en gran parte del Paraguay y en el nordeste y centro de la Argentina. Se encuentra en hábitats abiertos como sabanas y pastizales, a menudo se lo ve alimentándose en grupos. Su alimento está constituido por todo tipo de insectos que captura en la tierra, en especial hormigas. También se alimenta de larvas que extrae de las ramas viejas de los árboles; para ello, golpea la corteza con el pico, escucha a su presa y la saca de su agujero.
Halconcito colorado
Falco sparverius
Tiene alas puntiagudas y ventral blancuzco con manchas negras. Se puede diferenciar de otros halcones por su menor tamaño; el dorso es rufo con manchas negras. El macho tiene alas azuladas y cola rufa uniforme con banda subterminal negra. La hembra en cambio, tiene alas rufas y cola barrada de oscuro. Se distribuye por toda América. Habita bosques abiertos o modificados y estepas arbustivas. También puede encontrarse en zonas urbanas y suburbanas. Generalmente se los ve en parejas que “halconean” al cazar, o posados en postes y puntas de árboles buscando a sus presas. Se alimenta de roedores, anfibios, reptiles pequeños e insectos.
Yabirú
Jabiru mycteria
Su plumaje es blanco, excepto cabeza y cuello pelados negros con base roja. Enorme pico negro. Se distribuye desde México hasta Paraguay, norte de Argentina y Uruguay. Habita en humedales y campos inundados, pero anida en los árboles más altos. Suele vérselo solitario pescando en las orillas de ríos y lagunas. Se alimenta de peces, moluscos, anfibios y ocasionalmente de reptiles y pequeños mamíferos. Mide 1,40 m de alto y 3m de ala a ala, siendo el ave más alta de América del Sur y sólo superada en ancho por el cóndor andino. El nombre de yabirú o jabirú proviene del idioma guaraní y significa “cuello hinchado”. Esta ave infla los sacos aéreos que tiene ubicados en su cuello para ser más ligero al volar, respirar mejor y evitar un aumento excesivo de la temperatura causado por la energía utilizada.
Pirincho
Guira guira
Tiene cuerpo blanco pálido que contrasta con sus alas y larga cola oscuras. Cresta enmarañada anaranjada que se mantiene generalmente levantada. Pico y anillo ocular amarillos. Se distribuye en Brasil, Bolivia, Paraguay, Uruguay y norte y centro de Argentina. Normalmente se lo ve en grupos en áreas abiertas como matorrales, campos agrícolas, pastizales, así como en límites con zonas urbanas. Es bastante escandaloso y sociable. Generalmente se alimentan en bandada, caminando en busca de sus presas, mientras que un miembro del grupo permanece vigilando desde la rama de un árbol para avisar sobre la presencia de algún depredador. Suelen agruparse durante la época de nidificación, y varias hembras pueden depositar sus huevos en un mismo nido. Se alimentan de insectos y sus larvas.
Tero
Vanellus chilensis
Tiene un patrón de color distintivo con pecho negro, vientre blanco, cabeza gris y hombros bronceados. También presenta algunas tonalidades violáceas en la zona del ala. El pico es corto y de color rojo con punta negra. Ojos redondos de color rojo intenso. Es un ave nativa de América del Sur, muy común en muchas zonas de Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Venezuela, Paraguay y Perú, y en las llanuras de Argentina y Uruguay. A menudo se lo ve en pares o pequeñas bandadas en una variedad de hábitats abiertos, usualmente cerca del agua pero también en pastizales secos. Se alimentan de insectos y vertebrados pequeños como lagartijas. Para cazar hacen una pequeña carrera de dos o tres pasos, se detienen y lanzan un picotazo hacia adelante. Otra técnica que utilizan es revolver la tierra con sus patas para poder sentir las lombrices debajo de ella, las que luego extrae con el pico. Como herramienta de combate tiene debajo de sus alas unas pequeñas prolongaciones óseas de color rojo llamadas espolones que usa en los vuelos rasantes que realiza para amedrentar a sus enemigos o cuando combate contra aves rapaces.
Lechucita vizcachera
Athene cunicularia
Tiene el dorso pardo con lunares blanquecinos y ventral blanco. Cejas y collar angosto blanco que rodea la cara. Sin “orejas”; iris amarillo. Se distribuye desde el sur de Canadá hasta la región austral de Argentina y Chile, excepto en centro América y en la Amazonia. Habita diversos ambientes, como estepas, matorrales, pastizales, zonas cercanas a ríos y arroyos, y áreas completamente modificadas por la acción del hombre. Se la suele encontrar en el suelo o perchada en postes de cercas o rocas. Activa durante el día y la noche, cuando caza principalmente insectos y pequeños mamíferos.
Hocó colorado
Tigrisoma lineatum
Es de coloración rojiza muy notoria, con alas de color grisáceo y vientre de acanelado. Desde la barba al pecho presenta dos líneas blancas. Se distribuye desde México hasta el norte y centro de Argentina. Es de hábitos solitarios. Se lo suele descubrir en el pastizal donde se camufla fácilmente entre la vegetación, expuesto en la orilla de la laguna o en los árboles, donde además anida. Caza durante el día. Se alimenta de peces y moluscos aunque se sabe que también puede cazar reptiles, mamíferos pequeños e incluso pichones de otras aves.
Jote cabeza negra
Coragyps atratus
La cabeza, sin plumas, es negra. Coloración general negra al igual que las alas con mancha ventral gris blanquecina cerca del extremo. La cola es corta con forma de abanico. Se distribuye a lo largo del continente americano, desde Estados Unidos hasta Río Negro y el norte de Chubut en Argentina. Es gregario y habita en ambientes muy variados como áreas boscosas, montañosas y pastizales, aunque frecuentemente está asociado a asentamientos humanos. Es una especie carroñera, lo que significa que se alimenta de animales muertos y proporciona un gran servicio ecosistémico.
Otras aves avistadas en Argentina:
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