Elefantes en la mira
Fundada en 1975 por el célebre ecologista suizo -–de quien toma su nombre– la Fundación Franz Weber (FFW) es una organización activa en la lucha para evitar la extinción y el sufrimiento de los animales. Bajo el liderazgo de su presidenta, Vera Weber, participa en todos los organismos de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies (CITES), especialmente en las Conferencia de las Partes, para que se cumplan los propósitos.
En un momento clave para las poblaciones de elefantes y la conservación de este mamífero, entrevistamos a la abogada de FFW Anna Mulà Arribas, experta en Derecho animal y Master en CITES, para conocer mejor la problemática y su proyección a futuro.
- El 31 de diciembre de 2017, finalmente el gobierno chino prohibió el comercio legal de marfil en el país. Así, uno de los mayores consumidores de marfil del mundo, ya no lo venderá ni lo comprará legalmente. ¿Cuánto ayudará esta prohibición en la reducción de la caza furtiva de elefantes?
Así es; y apenas un mes después, el 31 de enero de 2018, los legisladores de Hong Kong votaron una ley que prohíbe las ventas de marfil en el mercado de marfil más grande del mundo. Estas leyes son esenciales para detener la matanza de elefantes en África puesto que el comercio nacional de marfil brinda una excelente oportunidad para blanquear el marfil ilegal, introduciéndolo en el mercado legal bajo el pretexto de que se trata de piezas antiguas anteriores a la Convención o que se han obtenido por otra vía legal. En muchos países, los mercados nacionales tienen sus propios establecimientos para la compra-venta del marfil procedente de la caza furtiva.
- ¿Crees que esta prohibición va a reducir o incrementar el comercio ilegal de marfil en esa región?
Por supuesto, este tipo de prohibiciones tienen por finalidad reducir el comercio ilegal de marfil en la región. Pese a los esfuerzos nacionales e internacionales, y a una mayor sensibilización global, la caza furtiva y el comercio ilegal de marfil no se detienen. Además, existen pruebas de que el comercio de marfil ha atraído al crimen organizado, a las milicias rebeldes y a los grupos terroristas que trafican con armas y con seres humanos, alimentando la caza furtiva en todo África para cubrir la demanda de marfil, sobre todo asiática. Únicamente una drástica caída de la demanda, provocada por un claro mensaje emitido a los consumidores, pondría fin a la desaparición de las mafias. Por esto, únicamente una prohibición absoluta de comercio de marfil de todas las poblaciones de elefantes garantizaría una eficacia global para proteger a los elefantes a escala mundial. Respecto el comercio nacional, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), en su Congreso Mundial que tuvo lugar el 10 de septiembre de 2016, aprobó la resolución 007, sobre el “Cierre de los mercados nacionales de marfil de elefante” instando a los gobiernos de los países donde exista un mercado nacional legal de marfil, o cualquier tipo de comercio de marfil de elefante, a emprender todas las iniciativas legislativas y reglamentarias necesarias para cerrar sus mercados nacionales de marfil.
- ¿Qué pasará con los países vecinos? ¿Van por el mismo camino?
Japón sigue siendo uno de los mercados nacionales de marfil más grandes del mundo y distintos informes de organismos internacionales como TRAFFIC revelan la tendencia creciente de la demanda en los mercados nacionales de marfil de este país. Otros países de la zona en el punto de mira de los National Ivory Action Plans (NIAPS) de CITES son Malasia, Singapur, Viet Nam, Camboya, Sri Lanka y Tailandia y Filipinas (Planes de Acción Nacionales para el marfil). Todos ellos deberían seguir el ejemplo de China y Hong Kong SAR.
- Además de la caza furtiva, ¿qué otros problemas amenazan a los elefantes?
La mayor amenaza para la población de elefantes es el comercio internacional y nacional de marfil (legal e ilegal). Al respecto, existe un vínculo directo entre la venta de reservas de marfil y los índices de caza furtiva y el comercio ilegal de marfil, que aumentaron claramente después de que CITES permitiera el comercio de marfil en el año 2008. Otro factor importante para la amenaza de elefantes es la destrucción de su hábitat a causa de la expansión de la población humana. La pérdida y la fragmentación territorial es un factor crucial en la provocación de conflictos entre los elefantes y el ser humano, ya que los elefantes intentan entrar en el territorio donde vive el ser humano y se producen muertes tanto de unos como de otros.
- ¿Qué acciones se están tomando, en los países africanos, para conservar a las poblaciones de elefantes?
Para lograr esta finalidad, quiero destacar que los países que forman parte de la Coalición para el elefante africano (African Elephant Coalition (AEC)), y que comprenden el 70% de los estados africanos del área de distribución del elefante africano, están trabajando intensamente para que se tomen las acciones pertinentes para prohibir el comercio internacional de marfil, lograr la destrucción y la correcta gestión de las reservas y existencias de marfil, así como prohibir el comercio de elefantes vivos.
- ¿Cuáles son tus mayores preocupaciones vinculadas a esta especie?
Hay dos cuestiones muy preocupantes que afectan tanto a la conservación de la especie, cuya finalidad es evitar su extinción, como a la protección de los individuos que conforman dicha especie, cuyo objetivo es evitar su sufrimiento. Respecto a esta última cuestión, el elefante pertenece a una especie cuyos individuos sufren implicaciones en su bienestar en un alto grado, ya que es comercializado por su marfil, piel, trofeos de caza, carne silvestre y es capturado para zoológicos y circos y utilizado en la industria del turismo. Si bien para CITES las medidas propuestas para combatir el comercio ilegal están enfocadas en evitar la amenaza que supone dicho comercio a la supervivencia de las especies, resulta difícil de concebir que la caza furtiva del elefante no genere un terrible sufrimiento en cada uno de los individuos que la componen. Los cazadores furtivos utilizan múltiples formas para matar a los elefantes. La caza furtiva a gran escala consiste en la persecución y matanza ilegal de una población concentrada de animales durante un corto periodo. Según los casos registrados, se utilizan para ello armas de fuego (fusiles, ametralladoras y escopetas) e incluso helicópteros militares. Por su parte, la caza furtiva a pequeña escala consiste en matar a un animal o a un número pequeño de animales durante largos periodos. Para ello, los cazadores utilizan métodos “más tradicionales” como lanzas, flechas o alimentos envenenados. En ambos casos, pero sobre todo en estos últimos, el resultado es una muerte lenta y dolorosa.