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El problema con los esfuerzos de EE.UU. por proteger la vida silvestre

Fuente: http://time.com/3772207/wilderness-protection-endangered-species/
Traducción: Agostina Coll

Desde que la Ley de Áreas Silvestres entró en vigencia en 1964, el gobierno de Estados Unidos ha protegido más de 100 millones de acres de tierras con el fin de garantizar su conservación. Alrededor del 8% del territorio continental de Estados Unidos se encuentra protegido, incluyendo tesoros naturales como los Parques de Yosemite, Yellowstone y el Gran Cañón.

Según un estudio publicado en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences, si bien estos esfuerzos han contribuido a preservar escenarios únicos del país, otras áreas que son aún más ricas en fauna y flora todavía no están protegidas.

“Estados Unidos ha protegido muchas áreas pero aún debe proteger las partes biológicamente más importantes del país”, expresa Clinton Jenkins, profesor visitante en el Instituto de Investigación Ecológica de Brasil.

 

Cortesía de Clinton Jenkins del Instituto de Investigación Ecológica.

Jenkins y su equipo analizaron miles de especies de animales y árboles para identificar las áreas de mayor diversidad biológica nativa. Alguna de estas regiones, como los Everglades, ya se encuentran protegidas, pero muchas otras no. El estudio concluyó que las áreas que más protección necesitan son la cordillera Azul en Carolina del Norte, las montañas de Sierra Nevada y las montañas de la costa de California.

Este informe científico acerca de la distribución de los parques y la biodiversidad en América es el más importante de por lo menos, la última década, y tiene implicancias para futuras políticas de conservación y uso de las tierras”, declaró el director del estudio, E. O. Wilson, profesor emérito de la Universidad de Harvard.

Según Jenkins, alguna de estas áreas pueden haber sido pasadas por alto ya que las políticas de conservación se remontan a décadas atrás. “A mediados del siglo 20, la protección de tierras se centraba únicamente en proteger paisajes grandes y hermosos, ecosistemas curiosos y lugares extraños en vez de fauna única”, expresa Jenkins. Además, a los conservacionistas les resulta difícil promulgar leyes de protección de tierras que fácilmente podrían ser utilizadas con otros fines, como el desarrollo o la agricultura, incluso a pesar de ser ricos en biodiversidad. “No hay tanta competencia para usar esas tierras”, señala Jenkins.

Otro factor que influye en las políticas de conservación ha sido el tipo de especies que están afrontando la extinción. Muchos esfuerzos de conservación han resaltado el hecho de que muchos mamíferos y pájaros se encuentran en peligro, pero ignoran a los reptiles y anfibios que son más pequeños y menos visibles. El sudeste de los Estados Unidos, por ejemplo, es hogar de una amplia variedad de salamandras y peces y tiene el menor porcentaje de tierras protegidas en todo el país.

Jenkins espera que, a partir de investigaciones como la suya, las prioridades de conservación cambien y se incluyan regiones y especies descuidadas. “Si Estados Unidos no hace algo, están en riesgo de desaparecer” señala Jenkins. “No ocurrirá de un día para el otro pero queda en nosotros asegurarnos de que las distintas especies tengan un lugar donde vivir”.

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