Compromiso diario
En el Día Mundial de las ONG’s hacemos un repaso por la historia del Instituto Jane Goodall y celebramos la creación de los movimientos ciudadanos que inspiran y empoderan a las personas para lograr un mundo mejor.
Internacionales o nacionales, comunitarias o ciudadanas, ONG’s hay de todo tipo: de caridad, de servicios de salud, de ayuda humanitaria, de defensa de los animales, de conservación del medio ambiente, entre otras. Están las que combinan varias de estas misiones y las que fueron creadas para ocuparse de una sola problemática. Las pequeñas y las inmensas, las que comparten fines políticos, religiosos o sociales. Pero, sin importar el idioma o la procedencia, las ONG’s tienen un elemento en común: son organizaciones sin fines de lucro y sin ayuda gubernamental, y llegan allí donde los Estados –por un motivo u otro– no siempre alcanzan a llegar.
Con el objetivo de celebrar estos movimientos ciudadanos, descubrir sus diferentes misiones e inspirar a niños, jóvenes y adultos alrededor del globo, es que en 2010 se reconoció y oficializó el 27 de febrero como el Día Mundial de las ONGs.
Nuestra historia
Hace pocos días el Instituto Jane Goodall, que también es una organización sin fines de lucro, cumplió 41 años. El 25 de febrero de 1977 la célebre primatóloga fundó el instituto que lleva su nombre, con la motivación principal de proteger el hábitat de los chimpancés que, para la década del ’70 del siglo pasado, ya preocupada a los amantes de la naturaleza.
Pero las raíces del IJG comenzaron a crecer mucho antes, probablemente cuando Jane se trasladó a África por primera vez con 23 años y entró en contacto con el famoso antropólogo Louis Leakey. Fue el mismo Leakey que, al poco tiempo, le ofreció la posibilidad de estudiar a los chimpancés salvajes del Parque Nacional Gombe, en Tanzania; oportunidad que la inglesa no dejó pasar.
Acompañada por su madre y un cocinero, Jane inició entonces este largo camino que la condujo primero a transformarse en una experta en primates, a advertir luego sobre los riesgos que sufren las poblaciones de chimpancés y, finalmente a viajar por el mundo para dar a conocer sus descubrimientos e impulsarnos a ayudar al planeta con nuestras acciones cotidianas.
“Si de verdad quieres algo, trabajas muy duro, aprovechas las oportunidades
y nunca te rindes; vas a encontrar el camino”. Jane Goodall
Jane entendió muy pronto el poder e impacto de las asociaciones civiles y decidió empoderar a los ciudadanos a través de su proyecto personal. Así fundó su propio Instituto, en donde, además de continuar con las investigaciones no invasivas sobre los chimpancés y otros primates, creó Roots & Shoots, una red global para educar a niños y jóvenes en el cuidado de los ecosistemas, la biodiversidad y el ambiente.
Esfuerzo global
Basados en el trabajo científico y la visión humanitaria de Jane, los objetivos de conservación del IJG se centran en la comunidad, en el trabajo por sectores, regiones y culturas para lograr el mayor impacto. El trabajo diario pone el foco en inspirar la acción individual y empoderar a las personas para actuar a favor de un mundo más justo y sostenible, con especial atención y respeto hacia los grandes primates y otros seres vivos.
La colaboración internacional y local hace que las personas que conocen mejor a sus comunidades tomen la delantera en la creación de un cambio positivo.
Las asociaciones civiles sin fines de lucro empoderan a los ciudadanos en pos de una causa común, y el poder colectivo y la acción individual dan sus frutos: desde 1977, y gracias a la iniciativa y el trabajo incansable de Jane Goodall, miles de personas alrededor del mundo forman parte del instituto que lleva su nombre.
En la actualidad existen 31 oficinas del IJG en el mundo, y su programa educativo, ambiental y humanitario Roots & Shoots se extiende a más de 140 países. Las oficinas son independientes pero se agrupan en la estructura del JGI Global con sede en Londres.