De Ana Laura Cao
Migrar: Qué es y qué implica
En esta ocasión vamos a conocer un poco más sobre las aves migratorias. Para empezar, ¿qué es migrar? Migrar es un movimiento repetido realizado por una parte o por toda la población de una especie. Varios grupos de animales realizan migraciones. Pero no hay que confundirlas con los movimientos diarios que suelen hacer los animales. Sino que suelen repetirse regularmente en ciertos momentos del año, por lo general en otoño y en primavera, durante toda la vida de los individuos.
Las aves migran varios kilómetros, a veces dentro de un mismo país y otras cruzando continentes, océanos y desiertos. Las especies suelen tener rutas migratorias ya determinadas: tienen un lugar para alimentarse no reproductivo y otro sitio para reproducirse y criar a sus pichones. Las rutas que toman y los lugares que visitan suelen ser los mismos año a año.
Los peligros que enfrentan
Los largos viajes exponen a las aves migratorias a grandes peligros. El hecho de abandonar su hábitat para ir a otro lugar que pudo haber cambiado, desde que lo dejaron el año anterior, las ubica en una situación de vulnerabilidad. Además el gasto energético necesario para hacer esos largos viajes es alto. Debido a esto las aves migratorias tienen una alta mortalidad, y los disturbios causados por el hombre las ponen en un mayor peligro.
Según las Naciones Unidas (2018), de las 11.000 especies de aves que se conocen, 1 de cada 5 son migratorias y el 40% se encuentra en declive poblacional, es decir, 1 de cada 8 corren peligro de extinción. Las principales amenazas para las aves migratorias son: el cambio en el uso de la tierra, la pérdida del hábitat (estás 2 suelen ser las más importantes), la colisión con diferentes construcciones humanas, la exposición a pesticidas y a otros contaminantes, la caza, el tráfico ilegal y el cambio climático. A continuación, vamos a contarte un poco más sobre algunas de estas amenazas.
Según un estudio (2016) sobre aves migratorias europeas, la caza legal e ilegal se lleva hasta un 3,5% de las poblaciones de aves que están en peligro de extinción o casi amenazadas. Por lo tanto, la caza puede causar graves daños a las poblaciones de aves en poco tiempo. Varios casos de declinaciones poblacionales se han registrado por la caza de especies que antes eran numerosas. Si bien la caza y la captura ilegal es un problema para todas las aves, principalmente las migratorias presentan una mayor desventaja ya que al utilizar siempre las mismas rutas migratorias, llegar y permanecer en los mismos sitios, sus movimientos son fácilmente predecibles. Además, puede suceder que por cierto tiempo permanezcan a salvo en áreas protegidas o con baja intensidad de caza, pero que luego se desplacen hacia otros lugares donde su vida peligre.
Por otro lado, el cambio climático ha empezado a poner en peligro a estas aves, ya que por lo general la migración se desencadena por claves lumínicas y de temperatura. El calentamiento global hace que algunas especies se adapten a las nuevas temperaturas mientras que otras no, provocando un desencuentro entre estas especies que interaccionan. En el caso de las aves migratorias, puede ocurrir que éstas migren antes de tiempo o sin modificar sus tiempos y lleguen a los sitios de alimentación antes que sus presas o cuando ya se han ido. Por ejemplo, el papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca) no cambia sus tiempos de migración, llegando a su lugar de alimentación cuando el pico de número de insectos ya pasó, debido a las altas temperaturas de principios de primavera. El desencuentro entre esta ave y sus presas produjo hasta un 90% de declinación en los números poblacionales.
Los desafíos de conservación
Hay tres ejes fundamentales para poder conservar a las aves migratorias: La creación y el mantenimiento de áreas protegidas, nuevas investigaciones y la coordinación entre diferentes órganos públicos y privados a lo largo de las rutas migratorias.
En primer lugar, hay que restaurar los hábitats degradados, preservar los que quedan y que sean lugares de alimentación y reproducción de las aves migratorias. Para eso hay que conocer cuáles son (información desconocida para varias especies). Es necesario que ambos sitios se conserven, ya que una mala alimentación en cualquiera de los dos puede afectar el futuro de las aves, aunque el nuevo sitio tenga más recursos. Además, durante sus migraciones las aves suelen parar por algunas semanas para descansar, y esos lugares de descanso también tienen que estar cuidados, ya que las aves dependen de ellos para poder completar su viaje y llegar a destino.
En segundo lugar, se deben realizar numerosas investigaciones para proteger a las aves migratorias. Tales como conocer la cantidad de individuos que hay en las poblaciones y estudiar cómo cambian en el tiempo. Además, es necesario entender los diferentes peligros que enfrentan las aves y cómo se ven afectadas. Principalmente, se tienen que conocer las distintas rutas migratorias, los sitios de alimentación y reproducción y también los lugares de descanso durante la migración. Para eso se les puede colocar instrumentos de seguimiento satelital para ver dónde se encuentran en cada momento del año.
Por último, hay que coordinar esfuerzos de conservación de las aves a lo largo de toda la ruta migratoria dentro y fuera del país para que todo el viaje de las aves sea seguro.
¡Ya están llegando! El caso del cauquén colorado
El cauquén colorado (Chloephaga rubidiceps) es un ave nativa de Argentina. Se reproduce y cría sus pichones en la Patagonia argentina (Santa Cruz y Tierra del Fuego) y en la Patagonia chilena, luego migra hacia el sudeste de la provincia de Buenos Aires (entre los partidos de Tres Arroyos y San Cayetano) para alimentarse en invierno. Antes su población era muy numerosa pero comenzó a disminuir debido a la caza por creerse que arruinaba los cultivos de cereales. Actualmente quedan menos de 1000 individuos de esta especie en el continente, considerada Monumento Natural Provincial de Buenos Aires. A nivel nacional se encuentra categorizada como en peligro crítico.
Un grupo de investigación está realizando varios estudios para poder salvar al cauquén colorado. En estas investigaciones participan además varios institutos científicos del sur del país, de la provincia de Buenos Aires y también de Chile.
Hasta el momento se demostró que estas aves si bien comen las plántulas de los cereales al llegar a los sitios de alimentación no generan pérdidas productivas para los productores, por lo tanto no son un peligro para los cultivos. También se conocieron mejor las rutas migratorias que siguen estas aves. Vieron que se detienen a descansar durante el viaje en los mismos sitios cada año, siendo lugares clave para conservar. Uno de ellos es una reserva provincial, marcando la importancia de estas áreas protegidas.
¿Cómo podemos ayudar?
Para ayudar al cauquén colorado como a otras especies migratorias primero tenemos que informarnos y darlas a conocer. Podemos apoyar la creación y el mantenimiento de áreas protegidas, ser voluntarios en las reservas y ayudar en su implementación. Denunciar la caza y la captura ilegal. Ser consumidores responsables de productos sustentables que no degraden el hábitat, ya que si están bien mantenidos también pueden servir a las aves.
Son muchos los desafíos que deben enfrentar en el largo viaje y está en nosotros colaborar en sus migraciones. Que ellas se preocupen por volar y nosotros por proteger sus hábitats.
Colaboración Angeles Loredo
Foto Richard Lee
Fuentes utilizadas:
