Empecemos por casa
Sensibilizar, llamar la atención sobre un asunto pendiente, concientizar: estos son los principales objetivos de los Días Internacionales. Pero, ¿cuándo cobran sentido? Cuando un ciudadano se siente motivado para lograr el cambio con sus pequeñas acciones.
Hoy, gracias a la iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas, se celebra el Día Mundial del Ambiente. Desde 1973, el 5 de junio ha ido tomando mayor relevancia y se transformó en una oportunidad valiosa para fomentar la sensibilización sobre el mundo en que vivimos y motivar a los gobiernos y a las comunidades a ser agentes activos del desarrollo sostenible.
Por ejemplo, en estos últimos años, miles de pequeñas y grandes acciones ciudadanas se ocuparon de uno de los temas más importantes: El Tráfico Ilegal de vida Silvestre. Pero, ¿de qué hablamos cuando hablamos de Tráfico Ilegal de Vida Silvestre? Es la extracción, comercio y tenencia ilegal de flora, fauna y sus derivados. Esto significa, por ejemplo, que implica tanto los productos derivados de la caza furtiva de elefantes como de la tala ilegal de árboles. El tráfico ilegal de vida silvestre es la tercera actividad más grande del mundo, en términos de cantidad de dinero que mueve.
Una porción de este tráfico es el de Fauna Silvestre. Allí nos encontramos con el tráfico de marfil, de cuerno de rinoceronte y de pangolines. Esto quiere decir que esta actividad incluye productos o partes de animales, subproductos o insumos confeccionados con algún derivado de los animales, y animales vivos.
Mientras que un porcentaje de los animales, o sus derivados, se trafica con fines medicinales, para carne o como trofeos, gran porcentaje de los animales vivos detectados están destinados a alguna colección privada y personal. El comercio internacional de especies exóticas como mascotas se ha convertido en un gran negocio.
¿Qué impacto tiene la compra de animales silvestres como mascotas?
La extracción de vida silvestre de la naturaleza de forma ilegal es la segunda causa de pérdida de biodiversidad en el mundo. Solo en Argentina, cincuenta especies de aves y mamíferos se pueden extinguir en los próximos años por esta causa. Lamentablemente mucha gente adquiere estos animales por que les resulta simpáticos, desconociendo el circuito que se encuentra detrás de cada animal. Cada animal adquirido fue extraído ilegalmente de su ambiente, fue trasladado en condiciones deplorables, de intermediario a intermediario. Según estadísticas recientes, de cada diez animales capturados, solo uno sobrevive para ser vendido. El resto mueren en esta captura o el traslado. Esta situación es la que lleva a que el impacto de la actividad sea mucho mayor de lo que se evidencia con la tenencia de los animales sobrevivientes y, adicionalmente, existe un impacto en las poblaciones silvestres que se ven afectadas por la actividad.
Algunos animales son afortunados al ser rescatados en decomisos, gracias a diferentes denuncias y operativos llevados a cabo por los organismos de control. Estos animales deben ser trasladados a lugares disponibles y con capacidades para realizar la rehabilitación. Lamentablemente, debido al impacto de esta actividad ilícita y de las condiciones a las que los animales fueron mantenidos, la mayoría de los ejemplares decomisados no logran recuperarse y estar en condiciones para ser devueltos a sus hábitats . Se los halla traumatizados y mutilados y, muchas veces, contraen enfermedades que podrían poner en riesgo la salud de las poblaciones silvestres y los ambientes en los que habitan.
No son todas malas Noticias
En el 2017, China ha prohibido la compra-venta de marfil; a esta iniciativa se les une Hong Kong y Singapur. Por otra parte ha bajado el número de rinocerontes cazados en Sudáfrica en los últimos dos años y lo mismo sucede con la cantidad de tigres cazados en India (WWF annual review 2017). ¿Qué significa esto para nosotros, en Argentina? Estas excelentes noticias reflejan cómo el esfuerzo conjunto entre diferentes organizaciones y la difusión de la problemática pueden generar un impacto concreto y significativo.
¿Qué podemos hacer?
Es importante tomar conciencia sobre el impacto de nuestras acciones individuales. Los animales silvestres no son mascotas, y es importante difundir este mensaje en nuestro entorno inmediato.
Pero, ¿qué hacer en caso de ya tener un animal silvestre como mascota? En ese caso se debe llamar a los organismos ambientales locales y buscar asesoramiento en función de muchas variables: la especie en cuestión, el tiempo que haya sido mantenida en una casa, su edad, etc. Es importante recordar que los animales silvestres NO deben ser liberados en cualquier ambiente ya que puede generar un impacto muy negativo, tanto para el entorno y como para el propio animal.
Concientizarse, informarse y difundir. Son tres pasos simples que pueden ayudar a cambiar nuestro ambiente inmediato para nosotros y para todos los seres vivos.